domingo, 2 de diciembre de 2018

POPULISMO Y ECONOMIA (GRUPAL)

El populismo es una noción política que posibilita el hacer referencia a los movimientos que niegan de los partidos políticos tradicionales y que se muestran, ya sea en la práctica efectiva o en los discursos combativos, frente a las clases dominantes. El populismo apela al pueblo para construir su poder, entendiendo como pueblo las clases sociales bajas y sin privilegios económicos o políticos. Es decir, es una filosofía política que apela a impulsar los derechos y el poder del pueblo en su lucha contra una élite privilegiada.

El populismo económico se fundamenta en el acercamiento de la economía que enfatiza el crecimiento y en la redistribución del ingreso y resta importancia a los riesgos de la inflación (lo que termina en un alza de esta) y del financiamiento deficitario. Se caracteriza por las restricciones externas y un alto proteccionismo comercial, además de políticas económicas agresivas ajenas al mercado.

Históricamente el populismo estaba localizado en América Latina, como podemos ver en las entradas de Getulio Vargas y Perón, sin embargo en los últimos años se ha expandido mundialmente y, hoy en día, podemos clasificar como populistas muchos gobiernos, un ejemplo es Trump, pero también tenemos al frente nacional francés y alternativa por Alemania, que se encuentran en Europa.



Ver las imágenes de origen


Lamentablemente, el populismo como base de la política económica en diversas experiencias en América Latina, también en Europa, siempre ha llevado a las economías al colapso sistémico, con un costo de oportunidad extremadamente alto para las clases que supuestamente buscaban proteger. Y es que el populismo se caracteriza por la aplicación de políticas fuertemente expansivas del gasto público que terminan provocando crisis cambiaria, hiperinflación, déficit fiscal, deterioro del salario real e inestabilidad social. La explosiva combinación de factores exógenos  y endógenos en un entorno de populismo, conduce al sistema económico a fuertes estrangulamientos y efectos muy nocivos, como hiperinflación, crisis monetaria, cambiaria, fiscal y deterioro social, como sucede en Venezuela en la actualidad. Cabe destacar que las políticas económicas populistas se desarrollan plenamente en un sistema estatalista, donde el poder del Estado, en todos los ámbitos, alcanza su máxima expresión.


Como el populismo tiene fines políticos, y no de equilibrio macroeconómico real, es más importante “parecer” que “ser”, por lo tanto las políticas económicas populistas son superficiales, pues hacen expandir la demanda mientras destruyen las bases de la productividad y la rentabilidad, al atacar a las empresas para, supuestamente, defender a los trabajadores.


 A continuación, ponemos un video muy interesante, en el que hay que dejar de lado la ideología de los participantes y centrarse en la teoría, y que creemos que explica de forma muy clara el populismo y todo lo relacionado a este concepto.






BIBLIOGRAFIA
https://www.americaeconomia.com/analisis-opinion/el-populismo-y-la-destruccion-de-la-economia
https://www.elmundo.es/economia/2016/12/26/58602b2022601d37678b460e.html
https://www.elmundo.es/economia/2018/10/08/5bba1fabe5fdea37298b4679.html
https://elpais.com/economia/2016/10/13/actualidad/1476381758_982942.html
https://elpais.com/internacional/2014/11/15/actualidad/1416083994_908806.html





FASCISMOS Y SU ECONOMÍA (GRUPAL)


El fascismo es un movimiento político-social que surge, tras la Primera Guerra Mundial, en Italia, en cuya cabeza encontramos a Benito Mussolini.

Es una doctrina de carácter totalitario y nacionalista, que se desarrolló como una tercera vía, llamada revolucionaria pero completamente conservadora, para hacer frente, por un lado, a la teoría liberal que había sumido a Europa en una terrible crisis, demostrando así su fracaso, y, por el otro, al comunismo que iba avanzando por todo el continente desde el este. No podemos olvidar otro elemento esencial, la raíz estatalista del sistema, que se organiza en torno a un estado corporativista que dice encarnar la voluntad del pueblo y que, por tanto, no permite que la población se escape de entre sus brazos. De esta manera, el individuo queda relegado por la voluntad de la colectividad, la cual se encontraba en las acciones del Estado.

Pero, ¿quién dirige al Estado? El Estado es controlado por el partido único, pilar fundamental de este tipo de regímenes, y, a su vez, se encuentra dirigido por una personalidad carismática que controla todo el poder. Todas las decisiones del Estado se imponen y se hacen respetar mediante la propaganda y el uso de la violencia, por lo que las milicias paramilitares toman aquí una importancia clave para el mantenimiento del orden y la estabilidad del régimen.



Como ya hemos mencionado, la economía fascista rechaza la corriente liberal, siendo por tanto anticapitalista. Se trata de una economía organizada desde el Estado, es decir, un monopolio estatal, no obstante, se diferencia de la economía socialista, que posee y gestiona todos los medios de producción, el fascismo sí que permite la propiedad privada y la competencia de mercado, aunque este directa y estrictamente controlada por el Estado. Así, toda la telaraña empresarial se organiza y se subordina al bienestar de la colectividad de la unidad nacional. Teniendo en cuenta esto último, el Estado se permitía ciertas nacionalizaciones o proteccionismos en industrias y sectores que se consideraban estratégicos para el bienestar nacional.


Si bien el bienestar nacional era sobre el papel el objetivo de la organización de la economía fascista, en la práctica se ejecutaba una política fiscal que beneficiaba al entramado burocrático y  empresarial afín al régimen. Para lograr que todo esto funcione es esencial un mecanismo jurídico de regulaciones, subsidios y concesiones muy estudiadas y selectivas que sostengan el Esquema del Bienestar Corporativo propio de este tipo de regímenes. 

Adjuntamos un trozo de un documental que muestra algunas de las inversiones que se hicieron en beneficio del tan mencionado bienestar nacional:



Fuentes:
http://www.claseshistoria.com/fascismos/%2Bdefelicefascismo.htm
https://definicion.de/fascismo/
https://www.mises.org.es/2015/02/%C2%BFcomo-funciona-la-economia-fascista/

viernes, 30 de noviembre de 2018

EL FÉNOMENO TRUMP

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Figura 1.
Fuente: Censo del gobierno norteamericano (ver enlace en bibliografía) 

Donald John Trump es el 45.º presidente de los EEUU desde finales de enero del 2017, justo después de la doble legislatura de Barack Hussein Obama II. Obama impuso una serie de medidas en el país muy destacables, como la legalización del matrimonio homosexual o el Obamacare, es decir, una atención sanitaria más accesible a la gente con pocos recursos y la cual Donald Trump y la mayoría del Congreso anunció que derogaría. Además, durante el mandato del predecesor aumentó el índice de Gini, lo que significa que la sociedad era más desigual que antes de la crisis de 2007 mientras que disminuía la pobreza respecto a años anteriores sin conseguir igualar los niveles del 2007 y aumentaba la renta per cápita.
Además, otro de los legados de Obama ha sido el aumento de las tensiones raciales y la polarización respecto al tema durante su legislatura, esto se evidencia con el nacimiento del movimiento Black lives matter fruto del aumento de violencia policial hacia personas racializadas, en concreto afrodescendientes. Así, podría entenderse el triunfo de Donald Trump en las elecciones como una reacción a estas tensiones. Y es que, el discurso de Trump ha desprestigiado todos los avances o mejoras ocurridas durante la legislatura del anterior presidente como no percibidas porque los beneficiados de las mismas eran los inmigrantes, convirtiendo así a las personas de otras razas o procedencias en el enemigo. De hecho, según Kevin Kruze,  profesor de Historia en la Universidad de Princeton, Obama, a través de la política de estímulos, generó unas condiciones que han permitido la creación de empleo durante 75 meses consecutivos, pero para Trump, este era cogido por extranjeros, desvirtuando de este modo la idea de crecimiento laboral.
Aún a pesar de los avances de Obama en materia de empleo, el paro era superior al actual teniendo en cuenta la recesión del 2007.

Fuente: datosmacro.com
https://datosmacro.expansion.com/paro/usa?sector=Tasa+de+desempleo&sc=LAB-
Trump, por su lado, ha optado por seguir los pasos de Ronald Reagan en cuanto a medidas económicas como es una rebaja de impuestos o un programa desregularizador pero con la ventaja de no tener que reordenar la fiscalidad. Por esto, EEUU está pasando por su segundo mayor momento de expansión, lo que hace pensar a la gente que Donald Trump está, en efecto, making America great again y pone a la opinión pública de su lado.
El fenómeno Trump se trata de una revolución posmoderna de carácter ideológico y reaccionario que pretende dirigir al país hacia un nacionalismo supremacista, lo cual consigue progresivamente mediante la apelación a emociones como herramienta discursiva, enfatizado con el lema “America first and only America first”.
El populismo de Trump bebe de la amenaza que el auge económico chino supone a la hegemonía económica estadounidense, transformándolo en un discurso nacionalista. Por esta razón, busca proteger la industria nacional pero, al mismo tiempo, liberalizar la economía interna para mantener el crecimiento apartándose a su vez del movimiento globalizador para restringir el liberalismo al propio país. 
Asimismo, incluye en su argumentación la necesidad de mantener la hegemonía cultural estadounidense que en su opinión, se ve amenazada debido a la creciente presencia de la comunidad hispana en EEUU, sumándose a otra de las características presentes en los populismos de carácter reaccionario.
Por consiguiente, este presidente representa una confrontación contra el establishment liberal-demócrata que reactiva las identidades puritanas blancas mediante la creación de barreras entre personas de distintas procedencias, concretamente amenazando con la construcción de un muro entre México y Estados Unidos además de no permitir la obtención de la nacionalidad a los hijos de inmigrantes indocumentados que además son retenidos en situaciones paupérrimas. Por otro lado, también identifico esta confrontación en las amenazas constantes a las instituciones del estado ya establecidas, en particular la libertad de prensa no permitiendo a reporteros preguntar según qué cosas y no permitiendo el acceso a estas ruedas de prensa a determinados medios, y proponiendo para el Tribunal Supremo a un candidato acusado de abusos sexuales.

En definitiva, Trump representa el crecimiento del populismo a unos niveles que ya no creíamos posibles, consiguiendo dar marcha atrás a través de argumentos totalmente económicos con el vacío objetivo de volver a conseguir llevar a su país a la cima del mundo con la intención de quedarse, llegando al nivel de conseguir que la mitad de la población rechace los derechos de la mitad restante contagiando de alguna manera la creencia en su persona como posible salvador de la tierra.
Bibliografía:
https://elpais.com/elpais/2018/11/07/opinion/1541601643_188166.html
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-38626482
https://www.census.gov/library/publications/2016/demo/p60-256.html
https://elpais.com/economia/2017/01/06/actualidad/1483711915_771626.html
https://elpais.com/economia/2018/11/02/actualidad/1541172476_862822.html


Beatriz Mira Gomis

domingo, 25 de noviembre de 2018

AUSTROFASCISMO.

Para entender el avance y la llegada al poder de una extrema derecha fascista en Austria, es menester situarnos en el contexto socio-económico en el que se fundó la República Austriaca.

Austria se constituye como República en 1920, por lo que sus primeros años, bajo el Gobierno de Seipel, se vieron marcados por las circunstancias de posguerra. Austria se encontraba en una severa crisis económica, caracterizada por la desmoralización general, el hambre y la inflación, sin olvidar el pago de las cuantiosas indemnizaciones a las potencias vencedoras de la I Guerra Mundial. Si tomaos en cuenta el patrón oro vigente, la moneda se había desvalorizado de manera brutal, nos encontrábamos pues en una situación de hiperinflación.


En esta situación, Seipel tuvo que pedir crédito internacional a la Sociedad de Naciones para financiar la reconstrucción del país. No obstante, las condiciones impuestas fueron muy contundentes, el Estado debía prescindir de una tercera parte del funcionariado y pagar un 10% de interés sobre el total. 

La austeridad logró una mínima recuperación y estabilizó la moneda, sin embargo, el paró aumentó. La situación política y social era tensa e inestable, y  empeoró en 1929. Con la depresión económica mundial que desencadenó el Crack del 29 el Banco Austriaco Kredit quebró, aumentando el descontento social que dio lugar a graves conflictos. 

Es en este contexto socio-económico donde encontramos el auge de Dollfuss y su llegada al poder. 
Es en este punto donde podemos empezar a hablar de austrofascismo o Ständestaat, términos utilizados por los historiadores, menos o más conservadores, respectivamente, para describir el régimen autoritario austriaco de entre 1934 y 1938. En el eje del régimen encontramos el partido Vaterländische Front (Frente Patriótico), cuyo fundador es Engelbert Dollfuss, y la milicia paramilitar denominada Heimwehr. La base ideológica de este movimiento la podemos encontrar en las encíclicas del Papa León XIII, pero su práctica política bebe del fascismo italiano de Benito Mussolini, con el cual Dollfuss tenía relación. Así, nos hallamos en un régimen fascista de corte clerical. 



Una vez en el poder, e inspirado en Mussolini, suprimió la Constitución y el parlamentarismo democrático existentes por un régimen autoritario encabezado por su persona. De esta manera, durante su gestión ilegalizó las fuerzas socialistas y socialdemócratas, pero también persiguió duramente a los movimientos y a las fuerzas políticas afines al régimen nazi alemán. Esto es así porque, a pesar de ser una dictadura fascista, uno de los objetivos principales de Dollfuss es frenar la expansión germana en territorio austriaco para poder conservar una Austria soberana e independiente. 

Serán estas fuerzas pro-nazis los acabarán con la vida de Dollfuss en un fallido golpe de Estado previo a la Anschiluss, o anexión de Austria a la Alemania de Hitler, hecho que marca el pracaso de todo el régimen austrofascista. 

Para finalizar, podemos encontrar los objetivos políticos e ideológicos de Dollfuss recogidos en una frase que dijo en un discurso en 1933, al volver de un encuentro con el Duce, en el que, además de reafirmar que tanto el liberalismo como el marxismo ya se habían quedado históricamente atrás, dice textualmente: "Lo que nosotros queremos es el Estado alemán de Austria, cristiano y social, sobre la base de un sistema corporativo y bajo la dirección de un Gobierno autoritario, pero no arbitrario. Nosotros somos alemanes, pero queremos conservar nuestras particularidades de austriacos."





Funtes:

sábado, 24 de noviembre de 2018

UN POPULISMO ÚNICO: EL PERONISMO.


El peronismo es un movimiento político propio de Argentina, que se vio materializado, bajo la presidencia de Juan Domingo Perón, en un populismo autoritario entre 1946 y 1955. Así, Perón gozaba de lo que Weber definiría como una autoridad carismática, lo que respaldaba la falta de estrategias políticas y económicas estables y eficientes, ya que, si bien dio a la clase obrera del país una conciencia de su propio valor y la cohesionó, el movimiento peronista no hacía más que enmascarar una lucha por el poder y el mantenimiento de éste. De esta manera, Perón no hacía más que buscar la aceptación de los votantes, sin tener una ideología definida y una estrategia clara, abrazando ambos extremos del espectro político.

Antes de su victoria en las elecciones del 46, y habiendo tomado parte en la dictadura a la que se llamó Revolución del 43, y en la que trabajaba como Secretario de Trabajo, se había ido ganando la confianza de la clase obrera y sindical, lo cual fue determinante para hacerse con la presidencia. Tras el fin de la II Guerra Mundial, y viendo el avance de las ideologías de izquierda en toda Europa, se temió en la dictadura una coalición de izquierdas que se enfrentara a su poder. Perón resultaba una

amenaza por su cercanía al mundo obrero, al que había dado una cabeza, y fue encarcelado. No obstante, esto generó el efecto contrario, las masas se echaron a la calle un 17 de octubre, Perón fue liberado e inició una campaña política enfocada directamente al enfrentamiento con el embajador estadounidense en Argentina, “o Braden o yo”, para ganar las elecciones que habían sido convocadas.

Dentro de la economía, el peronismo significó la creación de un nuevo marco institucional que redefinió el rol del Estado en la economía, aumentando claramente su intervención. El objetivo mayor de la política peronista era evitar el conflicto de clases, y esto se vio reflejado en su política económica que se caracterizó por ser una experiencia distribucionista sin una estructura clara.

Tras la II Guerra Mundial, las condiciones internacionales dificultaban el comercio internacional, impidiendo la importación de bienes industriales manufacturados, por lo que el proteccionismo y el fortalecimiento interno se impusieron como la única respuesta posible. Así, el gobierno de Perón apoyo la industria, la cual significaba empleo, elemento esencial para evitar conflictos. Esta línea de políticas económicas fue un éxito durante los primeros años de gobierno (46-48), no obstante, no tenían una base sólida, y cuando las condiciones internacionales cambiaron llegó la crisis. La industrialización del país fue muy débil y estuvo más marcada por las condiciones internacionales que por las propias políticas peronistas. La economía siguió dependiendo de las actividades agropecuarias que, además, se vieron privilegiadas a partir de la crisis de entre 1949 y 1952, ya que estas generaban divisas, esto se tradujo en el impedimento de que el campo generara excedentes.

Por último, cabría destacar que durante la presidencia de Perón se produjeron nacionalizaciones que, sin embargo, no parecen seguir una estrategia definida, sino que respondían a intereses concretos. Esto es fácilmente comprobable ya que se nacionalizó la estructura ferroviaria pero no las centrales eléctricas, que resultaban ser mucho más estratégicas.

De esta manera podemos concluir que, quitando una vaga referencia al keynesianismo, no existe en las políticas económicas peronistas un sustento teórico firme y coherente, sino que apelaban al “pragmatismo” y se justificaban las medidas de forma paralela a su aplicación, lo que implicaba un gran número de contradicciones para nada beneficiosas.

Adjunto, para terminar esta entrada, un vídeo en el que Perón habla sobre como organizó la economía para lograr el pleno empleo, pero sin hablar de como distribuyó el dinero para poder mantener estas condiciones, endeudando el Estado y generando gran inflación: 



Fuentes:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-22532013000200010
http://cehsegreti.org.ar/archivos/FILE_00000279_1316800050.pdf
https://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2012/06/14/la-economia-politica-del-peronismo-1946-1955/
https://www.politicaexterior.com/articulos/politica-exterior/peron-el-maestro-del-populismo/
http://www.libertadyprogresonline.org/2017/12/27/peronismo-y-populismo/
https://www.youtube.com/watch?v=dsAtcfLu1-k

lunes, 19 de noviembre de 2018

FASCISMOS: MUSSOLINI


El fascismo es una ideología y un movimiento político-social que nació en Italia de la mano de Mussolini tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Es de carácter totalitario, nacionalista y antidemocrático. Se propuso como una tercera vía ante las democracias liberales y el socialismos. Esta ideología se asienta en un Estado todopoderoso que dice encarar el espíritu del pueblo. La población no debe, por lo tanto, preguntar nada fuera del Estado, el cual esta en poder de un único partido. El Estado fascista ejerce su autoridad a través de la violencia, la propaganda y la represión. El líder fascista es un caudillo que aparece por encima de los hombres comunes, el poder es unilateral y sin ningún tipo de consulta.
Resultado de imagen de MUSSOLINI

La política económica de Mussolini se caracteriza por un Estado corporativo a expensas de una población obligada a sostenerlo con cargas fiscales. El estado corporativo se basa en la unión monolítica entre población y gobierno mediante el caudillismo o populismo nacionalista, la violencia institucional o la propaganda.

El gobierno y la población ya no son idealizados como unidad corporativa sino que desde el prisma económico el fascismo se revela en toda su pureza y esplendor como el parasitismo que es: el gobierno como parasito y la población como huésped.
Resultado de imagen de MUSSOLINI

Estamos ante una economía planificada, controlada y dirigida por un órgano centralizado de poder: monopolio estatal. Sin embargo, permite la propiedad privada y la competencia de mercado aunque bajo control estatal. La empresarialidad esta subordinada a los intereses del proyecto colectivista,

La economía fascista se basa en un Estado Corporativo que dice ir en busca del interés nacional y del bienestar corporativo. El bienestar corporativo se puede extrapolar de la definición de estado de bienestar ya que es exactamente lo mismo aplicado a las características del estado corportativo.

Este bienestar tiene cuatro ejes centrales :

1) regulación competencia

2) propiedad intelectual

3) subsidios corporativos

4) banca central

Así con todo, la economía fascista es un medio camino entre las economías planificadas y las liberales donde destaca la figura del caudillo, el poder sobre el pueblo y la unión nacional.







BIBLIOGRAFÍA 
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mussolini.htm
https://www.infobae.com/america/historia-america/2018/04/21/benito-mussolini-el-nino-mudo-y-violento-que-se-convirtio-en-un-histrionico-tirano-asesino/
https://www.abc.es/historia/abci-mussolini-golpe-fascista-oscurecio-mundo-201807160317_noticia.html
https://definicion.de/fascismo/
https://www.mises.org.es/2015/02/%C2%BFcomo-funciona-la-economia-fascista/
file:///C:/Users/fenix/Downloads/1060-Texto%20del%20art%C3%ADculo-2894-1-10-20151210.pdf

JAPON Y EL FASCISMO


Introducción
De todos los países asiáticos, sólo se puede hablar de la presencia del fascismo en Japón. Esto es así debido al grado de "europeización" dada en este territorio, esto significa que la estructura parlamentaria y partidista funcionaban desde hacia años, además de tener un sistema económico capitalista ya asentado.
Antecedentes
Japón se había aislado del mundo tras el shogunato Tokugawa (1603 -1868), puesto que llevó a la expulsión de los europeos, y los pocos representantes europeos que quedaron fueron comerciantes holandeses en una isla determinada, y a la prohibición a los japoneses de comunicación con el exterior, aunque esto no significó para Japón un estancamiento: la ciudad creció y la economía evolucionó.
Fuente. Maddison Project Database
Con la primera guerra del opio (1839-1842) comenzaron a sospechar que su aislamiento acabaría pronto. Dada la permanencia de los comerciantes holandeses, surge el rankagu o educación holandesa, que revoluciona el pensamiento japonés. La entrada en 1858 de unos navíos estadounidenses fuertemente armados en Japón obliga a Tokugawa a firmar el tratado de Kanagawa, que abre algunos puertos japoneses al comercio con los norteamericanos. Seguidamente se firman unos tratados con Estados Unidos y Reino Unido que abren las concesiones e introducen la extraterritorialidad.
Estos tratados desiguales crean muchas tensiones en Japón y surge el movimiento Sonno Joi de carácter altamente xenófobo. Las tensiones entre los simpatizantes de este movimiento y aquellos que se manifestaban en contra acaban desembocando en la guerra Boshin (1868-1869) lo que significó el fin del shogunato y la vuelta al poder imperial.
Fuente: Allen, Breve historia económica del Japón moderno
En 1867 se inició la era Meiji con la subida al trono de Mutsuhito, simpatizante del movimiento Sonno Joi, así como el resto de su élite política. En este período se llevan a cabo una serie de medidas modernizadoras. Esta nueva política pone al Estado como centro en un intento de emular el sistema occidental. Se abole el feudalismo, se aboga por la modernización de la burocracia del Estado y la renovación del sistema educativo. El modelo empresarial que surge es el conocido como zaibatsu, que imitaba las características de la Segunda Revolución Tecnológica. Para poder modernizar Japón, fue necesario importar bienes y productos occidentales. Los fondos para estas importaciones estaban basadas en la exportación de té y seda.  
Estos cambios en las políticas japonesas fueron las que permitieron a Japón unirse al proceso de industrialización en el siglo XIX. Esta modernización ocasionó a su vez una gran occidentalización en Japón, lo que llevó a la creación del lema bunmei kaika, es decir, civilización e ilustración, que reunió a un grupo de intelectuales con la intención de alcanzar los avances científicos y los valores de igualdad e individualismo de occidente.
El apogeo de estas transformaciones se materializa en la constitución Meiji en 1889, que hace que Japón se torne un territorio civilizado a ojos de occidente y que fue clave para la derogación de los tratados desiguales de los que hemos hablado anteriormente. Y no fue hasta 1911 que al fin fueron totalmente libres y tuvieron la potestad de poner en marcha medidas proteccionistas.
El nacionalismo japonés surge a raíz del descontento hacia los estadounidenses por los tratados que se firmaron en 1858, pero acaba convirtiéndose en un movimiento imperialista real, que consiguió legitimarse aún más tras el surgimiento del pan-asianismo.
En el kokutai o “esencia nacional” es donde se encuentra la mayor carga ideológica del nacionalismo japonés. Este concepto recoge las características de la política japonesa, en la que toda la importancia recae sobre el emperador, que se contrapone al seitai o forma de gobierno, ya que a pesar de que el emperador dispone de poderes ilimitados no se espera que haga uso de los mismos.
Imperialismo japonés
El imperialismo japonés surge con la guerra sino-japonesa (1894-1895). Este conflicto supone el estallido del nacionalismo japonés, que, tras un largo periodo muy turbulento, al fin pudo apartar los conflictos que habían caracterizado al período Meiji. Esta guerra también supone el fin de este período, y la intención del inicio de un Estado-Nación. Podríamos caracterizar a esta forma de organización de dependiente, militarista y feudal. Japón a partir de este momento comienza a industrializarse con más rapidez y a militarizarse, a razón de la guerra sino-japonesa, y con el
aliciente de la ruso-japonesa (1904-1905), cuando el imperialismo japonés se oficializó. Estos dos hechos convirtieron a Japón en una potencia mundial, y lo condujeron poco a poco hacia un imperio colonial con la anexión de Corea y la de Formosa (Taiwán) como colonias agrícolas, entre otras.
Los japoneses veían a estas colonias como una oportunidad económica y política, que protegía a Japón de las naciones vecinas que tratasen de impedir su acceso a materias primas y trayectos marinos. Además, los japoneses estimaban la militarización japonesa como crucial para poder defender el imperio y para poder importar los recursos naturales que no se encontraban dentro de su territorio. Las victorias tanto en el conflicto contra China, como contra Rusia, contribuyeron a desarrollar el transporte, la banca y la industria.
Fuente: Maddison Project Database
Japón fue uno de los territorios que salió más beneficiado del desarrollo y final de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), ya que exportaron alimentos y armas durante esta contienda y de capital para la reconstrucción cuando concluyó. Esto ayudó mucho a Japón, que se estaba enfrentando al inicio de una crisis económica previo al conflicto, puesto que a pesar de que los niveles de PIBpc eran muy álto, había un déficit en la balanza de pagos desde la era Meiji. El alto número de exportaciones corrigió este problema y le dio la vuelta, habían llegado a un superávit. Además, el país adquirió un gran número de territorios que pertenecían a Alemania. Todo esto no implica que Japón no enfrentara crisis financieras. Cuando se evidenció la burbuja, pudo observarse la falta de competitividad y el exceso de de capacidad de la economía japonesa. Como consecuencia, durante toda la década de 1920, se produjeron recesiones y crisis financieras. A lo largo de este período, las esferas políticas y económicas están dirigidas por grupos financieros y militares que aún así consiguen mantener a Japón como potencia mundial próspera, además del control político y la expansión territorial, manteniendo un régimen autoritario.
A partir de 1930, Japón creó una nueva política económica de quasi-guerra, que se basaba en la industria militar, quienes comenzaron a controlar la industria económica. Además, Japón comienza a rechazar el imperialismo occidental y a pretender una economía e ideología propias, que se fundamentaba en el pan-asianismo, idea de la cual hemos hablado con anterioridad. Todo esto sumado al nacionalismo y el gran poder que se había otorgado a los militares, condujo a la contienda de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) , en la que intentarían llevar a cabo su proyecto. Este sería el principio del fin del imperialismo japonés. Su participación en el conflicto no sólo significó una pérdida territorial y una disminución de población, sino que además afectó negativamente a nivel económico, pues disminuyó su capacidad productiva debido a la falta de recursos y materias primas.
Estados Unidos, con al intención de democratizar el sistema político y acabar con el imperialismo japonés, optó por abolir los zaibatsu, puesto que consideraba que tenían demasiada influencia, en su lugar, se establecieron empresas independientes, además, se comenzaron a permitir los sindicatos así como las distintas formas de organización colectiva, entre otras medidas. Por último, se pusieron en marcha distintas medidas económicas estabilizadoras.
Consecuencias
Consecuentemente, la economía japonesa comenzó a mejorar notablemente, lo que se conoce como “milagro económico japonés” (1951-1973). El contexto de Guerra Fría entre la URSS y EEUU también afectó al país, pues EEUU dispuso al territorio de despensa industrial. Además, aumentaron las exportaciones a la vez que e imponían medidas proteccionistas. Poco a poco fue acumulándose el capital y continuaban los avances científicos, lo que también ayudaba a potenciar la economía.
Conclusión
La historia japonesa estuvo llena de conflictos internos hasta que comenzó la etapa imperialista, producida por el descontento producido por la no permisión de occidente a los japoneses de hacer las cosas “a su manera” (teniendo en cuenta su aislamiento comercial, eran prácticamente autárquicos) y aumentando de esta manera la xenofobia y la necesidad nacionalista, lo que les llevaría a lo más alto, pero también sería su ruina. La consecución de un desarrollo económico convergente con el resto del mundo y el período de industrialización habría podido llevarse a cabo, probablemente, sin la necesidad de este fascismo olvidado y del que nadie habla.
Occidente entero, hasta que no vio que los niveles de militarización que se estaban alcanzando en Japón eran perjudiciales para ellos, o suponían de alguna forma una amenaza por el poder del que les dotaba en las negociaciones, no actuaron, permitiendo a Japón llevar a cabo un régimen fascista que no permitía a los ciudadanos vivir en libertad y desde la igualdad, como habían perseguido desde la era Meiji. Todo lo que avanzaron con la constitución de la restauración Meiji, es decir, la visión del resto del mundo de que los japoneses tenían una sociedad civilizada y con la que se podía tener una relación de iguales fue ensombrecido con el carácter reaccionario del imperialismo, que sólo se permitió por el desarrollo económico estelar que permitían los zaibatsu. Los conflictos xenófobos y nacionalistas vuelven a ser la razón del auge de estas formas de organización, que no habría sido posible de otro modo. 
Bibliografía
Tema 2 y 4 , asignatura Historia Económica 
Desarrollo económico de japón: de la génesis al llamado milagro económico – Francisco Correa Restrepo http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-68052017000100005
La aceleración del crecimiento – Enric Tello Garay (Disponible en AV)


Beatriz Mira Gomis